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Un extremo peligroso |
03 de Enero, 2010
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Ohmae, Kenichi |
¿Por qué las compañías se aferran con tanta terquedad a un curso de acción alevosamente autodestructivo? En Japón tenemos un ejemplo en el sector ballenero. Algunas compañías equiparon sus barcos con máquinas ultra modernas para matar ballenas y se lanzaron a la matanza de tal forma que la opinión pública mundial acabó tomando cartas en el asunto para que terminaran con semejante exterminio. Pero no hicieron caso porque no querían perder su participación en el mercado para no doblegarse a la competencia. Ninguna compañía individual se mostraba dispuesta a detener sus capturas unilateralmente. En cambio, todas podrían detener sus actividades en forma conjunta y no sentirse derrotadas o castigadas, ya que la competencia estaría en la misma situación. Lamentablemente, estas compañías no se dan cuenta de que sus acciones llevan a que el resto del mundo califique de exterminadores de ballenas a todos los japoneses. Este exceso de "compañismo" puede dar lugar a acusaciones de conspiración y nacionalismo radical. Cuando un grupo de compañías emprende una misma acción como resultado de esa actitud, en el extranjero piensan que se trata de una conspiración nacional para acabar con ese sector industrial en el resto del mundo. La acción correctiva sólo se concretó cuando todas empezaron a sufrir enormes estragos, cuando toda la industria empezó a perder participación. Es como de drama de Kabuki (una actuación teatral altamente estilizada y exagerada) y es el propio "compañismo" el que propicia su lógica. Cuando los representantes japoneses se presentan ante una mesa de negociaciones, no pueden acordar los términos a la primera. Tienen que reunirse una segunda y tercera vez. Finalmente, con los ojos enrojecidos y cansados tras varias noches sin dormir, aceptan lo que racionalmente estaban dispuestos a aceptar desde un principio. Sólo cuando hacen patente que se defendieron valientemente hasta el final, cuando todos concuerdan que no podían haber conseguido algo más, sólo entonces se sienten listos para pactar lo ineludible. Este "compañismo" extrae gran parte de su fuerza de este mecanismo de concertación. Antes de que una acción correctiva sea posible, todos deben padecer sufrimientos. Los riesgos generados por el exceso de "compañismo" pueden repercutir gravemente en la estrategia de las empresas. |
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publicado por
hacheaefe a las 13:01 · Sin comentarios
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Héctor Alberto Faga
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