La edad en el mundo ejecutivo

Hay debates estos días sobre si el problema son  los políticos “viejos” vs. la “vieja forma” de hacer política.

Lo mismo puede aplicarse al mundo de los ejecutivos.

Qué es la edad? Es un concepto absoluto o relativo?

Desde el punto de vista de la “oferta” el comentario es que existe una creciente cantidad de gente que llega a edades “maduras” en buen estado, y que sienten que no se les dan  oportunidades.

Pareciera que las empresas, o quienes toman decisiones en ellas, no saben a qué atenerse.

Y a ellos va este párrafo: A mis ojos en este mundo incierto, en general cuando hay una necesidad gerencial, no tiene sentido mirar a más de 5 a 8 años vista. Nadie sabe qué será de su propia vida laboral o de la empresa en cuestión, y menos de la posición, en ese lapso.

Por lo tanto la reflexión primera cuando analiza un candidato debe ser si lo vemos siendo capaz de desempeñarse bien por ese período. Y qué es desempeñarse bien? Es tener, comparado con otros candidatos, la capacidad de cumplir con el desafío para el que se lo necesita y mostrar potencial para enfrentar situaciones cambiantes  manejando en forma creativa e innovativa la función  Y esa habilidad de ser innovativo está vinculada con la capacidad de aprender, de reinventarse y de no sentirse al final del camino sino al comienzo. Es decir, una “no vieja” forma de gerenciar.

Hay algunas personas que a ya a los 45 sienten que saben todo y quieren resolver los temas basados en experiencias pasadas. Esos, “están de vuelta” y no tienen así capacidad de aprendizaje (salvo que encaren un programa de entrenamiento mental).

En cambio hay otros, y este es mi mensaje a las personas, que quizás avanzados en sus 50 todavía miran el mundo con frescura, y sienten que tienen que aprender y además les gusta. Estos podrán enfrentar nuevos problemas con creatividad, y además con experiencia, lo que les ayudará a cortar camino y reducir errores.

En la cabeza todos tendemos a sentirnos igual que siempre y que el tiempo “no pasa”. Por eso la expresión de “voy a tomar el té con las chicas” dicha por las señoras mayores, o “con los muchachos” si son ellos. Pero aparecen rigideces, sobre todo en personas que no han estado expuestas a entrenarse en mantenerse jóvenes.
Esas rigideces se descubren fácilmente en la conversación. No es sólo el entusiasmo sino lapredisposición a escuchar, a preguntar, a pensar desde lo situacional más que desde los preconceptos.

Frases como “esto ya lo viví…”, “esto es igual que en …” muestran una tendencia a la simplificación y a usar el pasado como principal referencia.

Desde el punto de vista de la “demanda” en estos días aparecen problemas nuevos, con un futuro difícil de predecir, con muchos factores complejos interrelacionados, donde las soluciones simples no suelen ser válidas, y se requiere una alta capacidad de correlacionar factores, procesarlos y tomar decisiones fuertes en un tiempo corto, e impulsarlas con aplomo y seguridad hacia el resto de la organización.

Entonces estemos abiertos a incorporar el mejor talento, y sin prejuicios por el lado del reclutador, para que él no sea más rígido que aquellos a quienes rechaza.
Y qué es el mejor talento? Aquél que tiene una base de experiencia en qué apoyarse para evitar repetir errores y para poder anticipar consecuencias y a la vez una mente lúcida abierta a analizar las situaciones de hoy como novedosos (que lo son) desafíos para resolver.

Conclusión: estar muy atentos al verdadero concepto de edad antes de tomar decisiones, tanto con ejecutivos, como con políticos.