Just in time: Un cambio en la filosofía de la empresa

Quienes entienden del tema afirman que la clave está en instrumentar un sistema que priorice la calidad del producto y el plazo de entrega.

Distintos consultores coinciden en que el sistema japonés Justo a tiempo (JIT) es la respuesta.

Sus tres premisas lo corroboran: sobrevivir adaptándose a un mercado en constante cambio, aumentar la productividad y evolucionar a través de la tecnología.

¿En qué consiste el Justo a tiempo?

El ingeniero Jorge A. Macazzaga, especialista en el sistema, dice que es "un cambio mental, una nueva filosofía aplicada a la empresa".

El medio también maneja una explicación menos técnica que lo define como un conjunto de medidas que, haciendo hincapié en la producción, brindan una tónica distinta a la empresa en su conjunto con un mínimo de inversión.

Adoptado por las principales compañías japonesas, este sistema se ha expandido en forma notable a partir de los años '80 en los Estados Unidos.

Durante un seminario organizado por la Unión Industrial Argentina (UIA) distintas empresas contabilizaron entre las bondades del JIT la importancia de bajar el stock en proceso, como punto central para producir más rápido.

Con la instrumentación del sistema japonés la empresa obtiene:

1. Reducir los stocks en proceso y acelerar el producto terminado
2. Disminuir el plazo de fabricación
3. Aumentar la productividad de la mano de obra directa e indirecta
4. Mejorar la calidad final del producto
5. Incrementar, sin sacrificar eficiencia, la variedad de productos fabricados
6. Disminuir la necesidad de espacio físico

Los analistas consultados explicaron que los altos stocks en proceso ocultan problemas de calidad de máquinas, de planificación y de mano de obra.

Para esquematizar, citaron el siguiente ejemplo: Si se toman cinco productos, con el esquema de fabricación de un producto por día, tenemos un cambio de máquina diario.Con el JIT los cambios de máquina son cinco, lo que mejora ostensiblemente el tiempo de fabricación y la calidad.

Macazzaga aseguró que la relación entre el sistema y las PyME es excelente, sobre todo por el contacto personal entre sus miembros que ayuda e incrementa la motivación.

"Es la gente el primer ítem en la lista de un proyecto de este tipo, y la PyME es ese nicho ecológico donde las ideas pueden ser transmitidas cara a cara y donde el producto final se siente obras de todos", agregó.

Un relevamiento realizado entre 100 empresas americanas revela que a partir de la aplicación del JIT se logró un aumento de productividad de mano de obra del 30% al 60%, reducción de espacios (similares porcentajes), incremento de la calidad del 50% al 90%, reducción de stocks en proceso (similares porcentajes) y un menor tiempo de producción (similares porcentajes).

El estudio demostró además que dentro del rubro metalúrgico, caracterizado por producir lotes, una empresa americana controló estadísticamente los tiempos de producción y corroboró que el 90% resultó tiempo de manipuleo, traslado y espera para entrar en la siguiente máquina, el 5% fue cambios de matrices y el restante 5% fue de producción neta.

Una vez lograda la instrumentación del JIT dentro de la fábrica, con bajos stocks, buena calidad y tiempos cortos, el próximo paso es intentar un acercamiento con los proveedores.

"La estrategia debe centrarse en tratar al proveedor como a un socio, con el que podamos adelantar un programa de producción tres o cuatro meses", concluyó Macazzaga.