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Trabajar inmerso en el radiopasillo |
16 de Enero, 2012
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Faga, Pablo |
Para que los chismes no perjudiquen el clima laboral es necesario mejorar la comunicación interna y compartir las novedades con los empleados. Desde los últimos trascendidos de posibles suspensiones y despidos a fin de año en algunas automotrices -desmentidos rápida y públicamente- hasta eventuales aumentos de sueldo, quién será el nuevo jefe o la baja de algún beneficio: los rumores que corren por las organizaciones parecen tan ineludibles como variados. Y su impacto en el clima laboral no es menor cuando conciernen a cuestiones vitales para el trabajador. Amén de una eventual mala fe, el runrún del radiopasillo suele originarse por un vacío de información oficial. "Cuanto más elevadas sean la falta de información y la relevancia del tema más fuerte, sostenido y masivo será el rumor -dice Pablo Faga, director de BW Comunicación Interna -.Y en sí no es bueno ni malo, lo bueno o malo es cómo se gestiona desde el área de Comunicaciones." "La ambigüedad es uno de los factores que contribuye a la generación de los rumores y puede minimizarse manteniendo una comunicación fluida y coordinada con mensajes claros. Nosotros entendemos la comunicación como un ida y vuelta y tratamos de promoverla mediante canales internos variados. La incorporación de la tecnología 2.0, por ejemplo, nos permitió una participación de doble vía mucho más activa", ejemplifica Vanesa Marignan, gerente de Comunicaciones Internas del banco Santander Río. Según una encuesta de la Asociación Argentina de Comunicación Interna (Aadeci) realizada a 60 profesionales de comunicación y recursos humanos de las principales empresas del país, más del 70% señaló que el nivel de los rumores en sus organizaciones es alto y que suelen versar sobre temas negativos. Sobre sus consecuencias, el 80% de los consultados dijo que perjudica el clima laboral y alienta la pérdida de confianza. Y casi el 90% consideró que la información que contiene el rumor es parcialmente verdadera (72,97%) o verdadera (16,22%). Lo mismo corre para las decisiones poco gratas. "En la crisis de 2009, las empresas que comunicaron claramente la situación y los pasos por seguir, aun decisiones crudas como suspensiones, tuvieron resultados mucho mejores que aquellas que evitaron hablar del tema frontalmente", opina Faga. "La falta de respuestas al rumor -agrega- dinamita todavía más la confianza. La incertidumbre y la ausencia de confianza, así como afectan directamente la salud de una persona también perjudican la salud de la organización." Otra estrategia para aplacar las dudas y resquemores es la que comenta Rosenthal, aplicada en una organización con alto nivel de rumores: "Cada área debía enviar el rumor que circulaba cada semana, vía e-mail, al presidente. Luego se hablaban en las reuniones semanales que el mismo presidente mantenía con los responsables de las áreas y se publicaban en la Intranet. Tras un tiempo de recibir respuestas de forma honesta y abierta, los rumores comenzaron a descender". Si bien hay cuestiones circulando por pasillos y comedores, que hasta pueden alentar el clima (como, por ejemplo, dónde será la fiesta de fin de año o los asuetos inesperados), "los principales temas de la comunicación informal tienen que ver con injusticias, favoritismos, ¿y a fulano por qué lo ascendieron? o ¿por qué le dieron el bono a mengano? En una organización, lo que más comunica es la acción y las prácticas injustas o poco claras van a generar rumores, entonces para reducirlos más que la comunicación se deben mejorar las prácticas", reflexiona Formanchuk. Nota publicada en el diario La Nación de la fecha |
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publicado por
hacheaefe a las 14:13 · Sin comentarios
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Héctor Alberto Faga
Escritor, poeta, novelista
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