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Introducción al pensamiento estratégico |
08 de Octubre, 2010
·
Faga, Héctor Alberto |
1. Introducción al pensamiento estratégico
Al
hablar de estrategia estamos pensando fundamentalmente en "gerenciar
por anticipación". Esto es, en adelantarnos a la realidad que nos
tocará vivir, sobre todo a los problemas, y generar respuestas satisfactorias ante
cada situación que se nos presente.
También
estamos hablando del conocimiento que cada organización debe tener sobre sí,
tomando como base el axioma socrático "conócete a ti mismo".
Sobre
este particular existe lo que se llama la Dinámica del conocimiento, que consiste en
los cinco pasos siguientes:
1.
Conocerme
2.
Conocer al otro
3.
Conocerse a través del otro
4.
Permitir al otro conocerme
5.
Ayudar al otro a conocerse
Esta
dinámica implica que el primer paso importante para pensar estratégicamente es
el conocimiento de uno mismo. Recién logrado esto es posible salir al encuentro
de los demás.
Existen
tres pilares básicos para definir la estrategia organizacional, que son:
1.
Mirar hacia adentro
2.
Mirar hacia afuera
3.
Mirar desde afuera
Mirar
hacia adentro implica reconocer las Fortalezas y
Debilidades de la empresa.
Fortalezas
son aquellas cuestiones en los que la empresa es buena, se destaca y son las
razones por las que los clientes la preferirán respecto de los competidores.
Debilidades
son la contracara de lo anterior y corresponden a aquellas cuestiones que la
empresa debe mejorar para no estar expuesta al ataque de los competidores o a
la pérdida de mercado.
Mirar
hacia afuera implica reconocer las Oportunidades y
Amenazas del mercado.
Oportunidades
son aspectos positivos que el mercado ofrece y que la empresa debiera estar en
condiciones de aprovechar.
Amenazas
son los riesgos, los peligros, que hay que tratar de evitar o superar o de los
que hay que defenderse.
Mirar
desde afuera significa tomar distancia para tener una
visión clara de la situación que permita reconciliar Fortalezas y Debilidades
con Oportunidades y Amenazas. Implica también reconocer la voz del cliente para
saber si la visión de empresa que tenemos es compartida por los demás, y
esencialmente por el mercado o ámbito en el que la empresa se desempeña.
Al
consolidar esta triple visión estamos avanzando en la comprensión de la
conducción estratégica de la empresa.
Conducir
la empresa estratégicamente implica responderse a las tres preguntas básicas
siguientes:
1.
¿Dónde estamos?
2.
¿Hacia dónde vamos?
3.
¿Cómo vamos?
La
respuesta a la primera pregunta se basa en el ya mencionado análisis FODA.
La
respuesta a la segunda pregunta tiene que ver con el establecimiento de Objetivos.
La
respuesta a la tercera pregunta nos habla de Estrategias.
Un
esquema completo de Pensamiento estratégico es el que se presenta a
continuación:
El
esquema comienza con el Análisis situacional, que no es otra
cosa que el análisis FODA ya presentado.
La Definición del
negocio presupone definir la Misión
y los Valores de la empresa.
La Definición
del éxito tiene que ver con la definición de la Visión de la
empresa.
Visión es
un estado futuro deseado para la empresa. En las organizaciones unipersonales o
familiares se la define como "el sueño del empresario", cómo se
imaginó que sería la empresa que estaba fundando. Implica pensar dónde
estaremos de aquí a cinco o a diez años y se convierte en una meta a lograr que
define todas las acciones cotidianas para que estén en orden con esa visión.
La Misión es
encuadrar a la empresa en el negocio en el que desenvolverá sus actividades, y
por exclusión, en el que NO desenvolverá sus actividades.
La
definición de la Misión
responde a las tres preguntas siguientes propuestas por Peter Drucker en los
años '50 del siglo XX:
1.
¿Cuál es mi negocio?
2.
¿Cuál será mi negocio?
3.
¿Cuál debería ser mi negocio?
Los
Valores
son aquellas cosas que la empresa quiere destacar como definición del perfil
empresarial y que sirven para definir el perfil de los colaboradores. Es lo que
la empresa premia por su presencia y castiga su ausencia. Un ejemplo típico de
un valor es "trabajo en equipo". Si este fuera un valor definido en
la empresa, sólo podrían tomarse empleados que supieran trabajar en equipo y descartar
aquellos que no supieran hacerlo.
Objetivos es
lo que quiero lograr, donde quiero llegar. Un objetivo es un punto de llegada.
En
toda empresa existen múltiples objetivos, algunos de los cuales sirven de base
para la consecución de otros objetivos, conformándose de este modo lo que se
conoce como "cadena de medios y fines".
Estrategias
son los modos de lograr los objetivos. Implican un camino, una forma de
alcanzar lo que nos proponemos.
Las
estrategias también son múltiples y por lo general alternativas. Esto quiere
decir que para lograr un mismo objetivo existe más de una manera de hacerlo.
La
parte de abajo del diagrama la dejamos de lado en este apunte porque hace a una
cuestión que no está prevista desarrollar en la presente jornada.
1. Algunas cuestiones complementarias
Podemos
representar la empresa en forma piramidal, como sigue: Esta
pirámide esquematiza lo que se conoce como las funciones gerenciales básicas.
La
función de Orientación está directamente relacionada con el plano
estratégico y es una función indelegable de la conducción superior de la
empresa (CEO y Comité Ejecutivo).
La
función de Gestión tiene que ver con la supervisión intermedia e implica
el "hacer hacer": esto es, proveer los recursos y llevar a cabo los
controles que permitan asegurar que la empresa cumple con sus objetivos.
La
función de Operación está definida como "hacer".
Todos
los miembros de una organización participamos en mayor o menor medida de cada
una de las funciones definidas.
Aunque
la estructura piramidal es del tipo vertical, es muy importante destacar que todos
los procesos en la empresa son horizontales. Esto significa que aunque
la empresa esté dividida en áreas, divisiones o departamentos, es casi
imposible encontrar un proceso en la empresa que no toque más de uno de esos
sectores.
Un proceso
es una suma de actividades. Esto significa que en prácticamente todas las
actividades que se desarrollan en una organización interviene siempre más de
una persona y de sectores diferentes.
Así
aparece el concepto de cadena de valor.
Es decir, que un proceso es una suma de actividades que agregan valor, o al
menos, que debieran agregarlo.
En
todas las empresas pueden identificarse actividades que agregan valor, otras
que ni agregan ni quitan, y lo más importante, otras que quitan valor, que son
como palos en la rueda de la actividad empresarial.
Una
de las funciones de cualquier nivel de supervisión es identificar las
actividades que quitan valor y destruirlas.
En
auxilio de esta propuesta vienen la
Teoría de la
Calidad Total y la
Teoría de la
Calidad de Servicio.
Los
cuatro principios básicos de la Calidad Total son:
1.
Cumplir con los requerimientos
2.
Trabajar con error cero
3.
Administrar mediante la prevención
4.
Medir mediante el costo de la no
calidad
En
términos globales, la premisa es "hacerlo bien desde el principio, y
siempre".
También
está presente el principio de la mejora continua, que significa
que nunca nos quedamos satisfechos con la forma en que se están haciendo las
cosas, porque siempre existen maneras de hacerlas aún mejor.
La Calidad Total
toma una expresión práctica en la Certificación de Calidad (Normas ISO).
Los
principios de la Calidad de
Servicios son:
1.
Los aspectos tangibles del negocio
deben mostrar la calidad del servicio
2.
Confiabilidad, que significa el
cumplimiento permanente de las promesas realizadas
3.
Capacidad de respuesta, rapidez y deseo
de ayudar anticipándose a las necesidades del cliente
4.
Seguridad, que significa que el cliente
puede depositar su fe en nosotros y que no será defraudado
5.
Empatía, que es la relación basada en
el deseo de comprender y satisfacer al cliente
La
calidad de servicio implica la atención al cliente. "Cliente
es todo próximo paso en el proceso" (Ishikawa). Por ello existen los
clientes externos y también los clientes internos. Todos los miembros de una
organización son en alguna medida clientes y proveedores de servicios, internos
o externos.
Respecto
de los clientes, hay un viejo axioma del marketing que establece que
"cuesta cinco veces más conseguir un nuevo cliente que mantener a uno ya
existente". Por eso es tan importante la calidad de servicio dentro de la
cadena de valor.
Soy
un cliente delicado.
No
me quejo, por más que el servicio sea deficiente.
Sigo
sentado tranquilamente a una mesa en el restaurante mientras veo que gente que
ha entrado después que yo es servida antes.
Si
en una tienda me resulta desagradable el vendedor, no digo nada.
Si
algún producto o servicio que compro no está en condiciones, soy demasiado
educado para llamar la atención de los demás.
De
ningún modo soy el tipo de gente capaz de provocar un escándalo.
De
ningún modo, puesto que soy un cliente delicado.
Pero
debo decirle algo más: soy del tipo de cliente que no volverá más.
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publicado por
hacheaefe a las 20:45 · Sin comentarios
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Héctor Alberto Faga
Escritor, poeta, novelista
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